La culebra deja el monte y visita Caracas

Hace unos días volví de pasar una semana en Caracas, oh gran capital y tierra de congregación de los que vociferan que “Caracas es Caracas y lo demás es monte y culebra”. Valga acotar que yo nací en Maracaibo pero nunca viví allá, me crié en Puerto La Cruz… es decir, nací y crecí en el “monte”.

Hay tantas cosas que he aprendido en esta vida montuna, tantos valores y principios que no tienen nada que ver con la gran urbe, porque ni mi familia ni mis amigos cercanos nacieron o se criaron allá. Humildad, hospitalidad, empatía y simpatía.

Claro, hay cosas que he visto o vivido caminando por Sabana Grande, o en el metro entre Altamira y Bellas Artes, o en la camionetica que sube a El Hatillo, cosas que me hacen ver otra cara de la moneda, nuevas formas de usar los valores con los que yo también cuento. Han sido varios los amigos de instantes que he encontrado enseñando con su ejemplo aquella vieja frase de “mis derechos terminan donde los tuyos empiezan”, es ese respeto al prójimo al que provoca aplaudir.

Esa gente tiene valores propios que quizá con el tiempo a uno “se le peguen” porque no creo que esos ríos de gente por los que navegué sean todos caraqueños, habrán muchos “re-encauchados” como dicen por ahí. Lo indeseable es que por adquirir dichos virtudes se pierdan otros como el buen humor, el optimismo, la esperanza y la ilusión… he visto un cielo muy gris en algunas de las tardes de esa gran tierra de oportunidades.

En esa semana aprendí varias cosas cada día:
El lunes fui a una entrevista de trabajo donde comprobé que hoy en día las empresas valoran más una conmovedora inteligencia emocional que impresionantes notas de colegio.

El martes fui uno de las miles de almas que asistieron al concierto de Oasis, ahí me di cuenta de que Noel Gallager es otro de los guitarristas que cantan mejor que los propios vocalistas (al igual que Richie Sambora de Bon Jovi y otros que de momento se me escapan pero de seguro nombraré después).

El miércoles nos quedamos en casa, disfrutando del minimalismo de pasar una noche entre panas con un par de tragos, una guitarra y plática ligera. A veces no hace falta más que eso.

El jueves y el viernes fui a las presentaciones de bandas amigas de Puerto La Cruz que fueron a presentarse en la capital: Tomates Fritos, Fordelucs y Planeador. A través de ellos pude ver con objetividad lo justo que puede ser el público caraqueño, si les tocas buena música obtendrás buenos aplausos, de lo contrario no hay cortesía que esperar.

El sábado me regresé, con nuevas reflexiones, nuevas palabras, nuevos amigos y más ganas de seguir escribiendo este blog, incluso cosas que por ahora dejaré acompañando a la guayabera.

2 comentarios:

dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
dijo...

Fue un buen viaje, deja buenas historias para narrar en el futuro lejano, y gratos recuerdos "simples" que valorar en tiempos turbulentos. Me alegra que todos esos días en la lejanía hayan rendido frutos :)

P.D: también pienso que Noel Gallager canta mejor que Liam.

Publicar un comentario